En este artículo exponemos cómo se podrían reordenar los entornos eólicos a través de la repotenciación, la concentración de nueva potencia en ciertas zonas y el desarrollo ordenado de parques eólicos marinos
En España se ha producido un desarrollo constante de la energía eólica desde hace unos 25 años que hace que ahora dispongamos de más de 27.000 MW de potencia de esta tecnología que generan más de la quinta parte de la electricidad. Esa implantación ha ido acompañada de un importante desarrollo de la industria asociada a la eólica y en el conjunto de su cadena de valor se ha generado bastante empleo, también en zonas rurales.
Ahora se hace necesario, para afrontar la emergencia climática y cumplir al menos con los objetivos para las energías renovables del PNIEC, instalar más de 20.000 MW nuevos. En este escenario hay que considerar que la construcción de más parques eólicos en zonas con valores ambientales o patrimoniales elevados puede generar conflictos que hay que tratar de evitar. Especialmente en las 6 comunidades autónomas (Castilla y León, Aragón, Castilla-La Mancha, Galicia, Andalucía y Navarra) que suman el 83% de la potencia total instalada.
Al mismo tiempo hay que considerar que ante la penetración de energías renovables, esperemos que mucha de ella de forma distribuida y con autoconsumo, resulta necesario desarrollar también esquemas técnicos de soporte de la red eléctrica. En ese sentido se podría plantear un diseño de parques eólicos con capacidad clara de hacer de soporte de la red eléctrica. Pensamos en algunos entornos eólicos, del orden de una decena, que confluyan en subestaciones de conexión a la red eléctrica en las cuales haya esa capacidad de mantener frecuencia y tensión, soportando las alteraciones que se dan en la red, tanto la presencia de “energía reactiva”, como “huecos de tensión” u otros fenómenos. Para ello hay que plantear también la necesidad, en zonas próximas a ellos, de una combinación con sistemas hidráulicos, incluidos los de bombeo, o de otras tecnologías renovables.
Además, los nuevos desarrollos eólicos deberían disminuir la presión sobre zonas donde haya un elevado riesgo de afección a aves y murciélagos o en las que ya existan muchos parques que estén próximos a poblaciones. Se trataría de seleccionar muy bien los emplazamientos de nuevos parques, así como reducirlos al mínimo en esas zonas ya saturadas o que tengan valores ambientales considerables.
Este planteamiento podría llevarse a cabo más fácilmente, manteniendo los objetivos de potencia total, si se actuara en tres ámbitos: la repotenciación de parques eólicos antiguos, la concentración de nueva potencia en zonas de mucho recurso eólico y amplio territorio donde la afección a los valores naturales sea menor y el desarrollo ordenado de parques eólicos marinos.
Repotenciación de parques eólicos
En España hay 27.500 MW de potencia eólica instalada de los que casi un tercio, algo más de 8.000 MW, están en parques eólicos antiguos, donde las máquinas son de potencia unitaria de 1.000 kW o inferior; están amortizados y los aerogeneradores no son ni muy eficientes ni dan buena respuesta a las distorsiones de la red, por ejemplo, frente a los “huecos de tensión”. Se podrían sustituir esos antiguos aerogeneradores por otros de nuevo diseño y más potencia; es decir por repotenciar parques eólicos antiguos, en territorios ya ocupados.
La repotenciación se ha hecho hasta ahora sobre proyectos y autorizaciones existentes. Se puede asumir mantenerse en el nivel de potencia en su día autorizado. Antes de nada, se debiera plantear conocer el grado de idoneidad del territorio para albergar un parque eólico; ya han pasado más de dos décadas desde que se instalaron los aerogeneradores y podemos saber si hay cuestiones ambientales críticas o no.
Además, los parques existentes tienen una situación social que hay que analizar. Por un lado, suponen unos ingresos a los municipios por pago de impuestos y los propietarios del suelo reciben unos ingresos por alquileres; quizás haya un cierto interés en mantener las cosas tal como están. En algunos casos, si se decide que el lugar no es idóneo para ubicar un parque eólico, esos ingresos se perderían. Pero si se ve la idoneidad para una extensión de la eólica puede haber una revisión de ingresos hacia un aumento de los mismos.
En la actualidad se están instalando en tierra aerogeneradores de 3,5 MW de potencia unitaria. Hay algún parque propuesto con aerogeneradores de 6 MW. Si se avanza en la repotenciación se debería pensar en que hacia el año 2040 toda la eólica tendrá de media aerogeneradores de 3,5 MW o incluso una potencia mayor. Si pensamos que en tierra debiera haber en total unos 40.000 MW instalados, deberíamos ponernos como objetivo que fuera con más o menos 10.000 aerogeneradores, la mitad de los actuales.
Es preciso estudiar aspectos medioambientales de ese cambio de aerogeneradores. Los actuales dejan debajo de ellos un espacio de baja altura, unos 20 o 30 m. Algunas aves se mueven a esa altura, lo cual significa alta probabilidad de choque con sus palas. Los nuevos aerogeneradores dejan un espacio libre mayor, quizás de 60 m o incluso más, y posiblemente tuvieran menos incidencia sobre pájaros, murciélagos y aves esteparias; la cuestión está en ver cómo afectarían a grandes planeadores, por ejemplo, buitres.
La repotenciación debería empezar con los parques que tienen aerogeneradores de potencia unitaria igual o menor a 1.000 kW. De ellos en total hay una potencia instalada de algo más de 8.000 MW, con unos 15.000 molinos. Se podría ir a unos 5.000 aerogeneradores que supusieran una potencia instalada de 16.000 MW, el doble de la actual; habría que pensar en parques resultantes de hasta 50 MW de potencia, manteniendo la actual regulación autonómica, junto a otros de mayor potencia, que a ser posible actúen cómo entornos eólicos con capacidad de soporte de la red eléctrica.
Una segunda fase de la repotenciación sería pensar en los parques con aerogeneradores de potencia unitaria entre 1.000 y 2.000 kW. Suponen cerca de las dos terceras partes de la potencia instalada, más de 15.000 MW, con cerca de 10.000 aerogeneradores. Podrían convertirse en unos 30.000 MW y menos de 8.000 máquinas. Sería una operación a realizar en la segunda mitad de la actual década y primeros años de la próxima.
Concentración de nueva potencia en ciertas zonas
Para una reordenación planificada del sistema de energía eólica en España se debería considerar no sólo la repotenciación de parques antiguos, sino también un desarrollo de uno o varios parques con mucha potencia en zonas de mucho recurso eólico y amplio territorio que apenas contenga valores naturales. Se trataría de que esos grandes conjuntos eólicos tuvieran una subestación de conexión a la red bien equipada: eléctrica y electrónicamente, para que pueda operar como un nudo de generación renovable dando estabilidad a la red.
Se puede identificar para esa reordenación entornos eólicos ya existentes, donde podría plantearse en algunos casos asociada a actuaciones de repotenciación. Habría que realizar un análisis social y ambiental de esas zonas para determinar después la posibilidad de instalar nodos de mucha potencia eólica con el menor número de aerogeneradores.
Desarrollo ordenado de parques eólicos marinos
La eólica marina quizás debiera aportar unos 10.000 MW de esos 50.000 MW eólicos. Habría que preseleccionar y hacer estudios ambientales en un pequeño número de emplazamientos, quizás una docena. Eso quitaría presión en ciertos territorios y facilitaría decir que NO a nuevos parques que se proponen en emplazamientos terrestres muy discutidos. Habrá que considerar su incidencia ambiental en el medio marino y planificar adecuadamente las ubicaciones.
La tecnología de la eólica marina ha avanzado bastante y los aerogeneradores se pueden ahora ubicar alejados de la costa, en lugares de mayor profundidad de aguas; la curva de aprendizaje se ha hecho en otros países, aunque con participación de empresas españolas que pueden generar mucho empleo industrial en zonas donde se necesita.
La eólica marina va a poder contar con aerogeneradores en plataformas no fuertemente ancladas al suelo marino, bien semiflotantes o flotantes. Serían instalaciones de varios cientos de MW de potencia, que deberían conectarse a la red eléctrica, a ser posible, en nodos de soporte a la red o con propuestas especiales, por ejemplo, la producción de hidrógeno.
Para un desarrollo ordenado de la energía eólica marina es fundamental que se apruebe, cuanto antes y de manera consensuada y participativa, la anunciada Estrategia española para el desarrollo de la eólica marina, y que se actualicen y adapten al marco regulatorio vigente el Estudio Estratégico Ambiental del Litoral Español de 2009, así como el RD 1028/2007 por el que se establece el procedimiento para la tramitación de instalaciones de generación eléctrica en el mar territorial.
En cualquier caso, para el conjunto de la eólica hay que plantearse un Plan de reordenación de la energía eólica dialogado y consensuado, social y ambientalmente. Para ello es fundamental avanzar en:
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Estudio ambiental de todos los emplazamientos eólicos actuales y los posibles futuros. Empezando por aquellos con aerogeneradores antiguos y de pequeña potencia.
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Elaborar una planificación eólica de todos los aspectos propuestos anteriormente.
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Preparar un plan industrial que soporte el desarrollo eólico y que favorezca la creación de empleo de calidad, también en zonas rurales.