1 SE SOBREDIMENSIONA LA IMPORTANCIA DE LA ENERGÍA NUCLEAR
Tiene una participación del 9% en el mix eléctrico Mundial, con 408 reactores en funcionamiento en 32 países y significa un 4% de la energía primaria que se utiliza en el mundo.
En España representa el 20% de la electricidad, frente al 58% que representan las renovables.
2 LA ENERGÍA NUCLEAR EMITE GASES DE EFECTO INVERNADERO
Éste es uno de los argumentos más utilizados para justificar la continuidad de la energía atómica.
La evaluación de las emisiones de gases de efecto invernadero del ciclo de vida de las centrales nucleares, debe evaluar el ciclo completo de funcionamiento que incluye el proceso para disponer del combustible de uranio; la construcción de la planta; su operación y mantenimiento; tratamiento del combustible gastado y otros residuos de menor nivel de radioactividad; desmantelamiento de equipos y edificios y restauración de minas abandonadas.
Las emisiones de gases de efecto invernadero estimadas a lo largo del ciclo de vida nuclear según diversos estudios tienen un valor medio de 66 g CO2e/kWh.
Si se compara con tecnología renovable, el resultado es muy tajante: son seis veces superiores a las de la eólica y el doble de la solar fotovoltaica.
3 LA NUCLEAR NO APORTA SOBERANÍA ENERGÉTICA
Con la información disponible, la procedencia de los concentrados de uranio (torta amarilla) comprados por España en 2023 ha sido sobre todo de Kazajistán (66%), Uzbekistán (11%), Namibia (9,7%), Rusia (6,3%), Níger (3,4%), Canadá (3%). Es decir, el 83% de la órbita rusa, el 14% de África y sólo el 3% de un país occidental.
Queda clarísimo que la energía nuclear no puede aportar soberanía energética. Que, aunque en España hubiera posibilidad de minería de uranio rentable (que no existe), no se puede evitar la dependencia exterior a los complejos y contaminantes procesos químicos necesarios para disponer de combustible nuclear.
4 LA ENERGÍA NUCLEAR NO ES UN APOYO PARA LAS RENOVABLES
Las centrales nucleares operan habitualmente «en base», produciendo el 100% de su potencia de forma estable. Las centrales españolas no se diseñaron para reducir potencia por debajo del 70% y ni para hacerlo rápido.
Dada la falta de flexibilidad de la nuclear, la aportación renovable se ve notablemente reducida cuando no puede entrar en red todo su potencial productor.
En definitiva, las nucleares no pueden ser un soporte para las renovables y seguirán siendo un obstáculo creciente a medida que éstas se desplieguen.
5 NO PUEDEN COMPETIR EN EL MERCADO: reclaman AYUDA ESTATAL
La parada de nucleares por falta de rentabilidad en un sistema eléctrico con un 50% de energías renovables, como ha ocurrido a finales del invierno de 2024 y en abril de 2025, significa que esta tecnología no puede existir en el mercado liberalizado actual, mucho más cuando se ha comprobado que pese a parar las nucleares, no ha faltado suministro.
La energía nuclear necesita ser subvencionada y sin ésta no es una industria viable.
6 ALARGAMENTO DE VIDA: MÁS ECONÓMICO QUE CONSTRUIR
Las ampliaciones generalizadas de la vida útil, mucho más allá de los 40 años, son claramente el objetivo de la industria nuclear internacional, en el caso de España, las empresas titulares de las centrales nucleares, por acuerdo propio, establecieron en 2019 un calendario de cierre ordenado que llega hasta 2035. Ahora voces del sector nuclear quieren cargar los gastos del posible alargamiento limpios.
7 RESIDUOS RADIOACTIVOS: EL LEGADO NUCLEAR
Las centrales nucleares pueden cerrarse. Los residuos radiactivos no tienen cierre posible.
A finales de 2023 ya se acumulan en España unos 74.900 m3 de residuos de muy baja y baja y media actividad. La producción en 2024 y los años siguientes hasta su cierre en 2035 se estima en 136.982 m3 más.
Los residuos de alta actividad acumulados en las centrales a finales de 2023 suman 5.597 toneladas de uranio. Estimamos que, si se cumple el Plan de cierre, los siete emplazamientos de las centrales nucleares acogerán a partir de 2035 unos 529 contenedores con unas 7.100 toneladas de Uranio.
Si no se cumpliera el Plan de Cierre, y se prolongara la vida de los siete reactores en funcionamiento, se puede calcular que en una década de funcionamiento se añadirían 1.230 toneladas de uranio más y otros 87 contenedores a los ATIs.
8 ¿QUIÉN PAGA POR LOS RESIDUOS RADIOACTIVOS?
La ciudadanía, como usuaria de electricidad, ha pagado gran parte. Antes de 2005, los costes de los residuos radiactivos procedentes de las nucleares se han recaudado en el recibo de electricidad y los consumidores lo han pagado en su totalidad.
Cambió la situación a partir de abril de 2005, los nuevos residuos generados desde esa fecha ya estaban a cargo de las nucleares en funcionamiento. Hasta 2010 no se decidió que los siete reactores que ahora están funcionando se hicieran cargo de todos sus residuos. El pago se hace mediante una tasa sobre la electricidad que producen. Cuando no generan electricidad no pagan.
La subida de la tasa a mediados de 2024, en un 30% respecto al valor establecido cinco años antes, ha dado lugar a una campaña de quejas por la falta de rentabilidad de la electricidad nuclear. Los titulares de las centrales se quejan de que son asfixiados por los impuestos del gobierno. Pero esos impuestos y tasa se deben a su producción de residuos. El aumento de la tasa es imprescindible si no queremos cargar el gasto de los residuos a la ciudadanía.
9 RESPONSABILIDAD EN CASO DE ACCIDENTE NUCLEAR
En caso de daño al núcleo con fusión de combustible y escape de gases radiactivos de un tercio del combustible nuclear, las pérdidas podrían alcanzar los 450.000 millones de euros.
En contraste, la Ley 12/11 sobre Responsabilidad Civil por Daños Nucleares establece en 1.200 millones de euros lo máximo que deberían pagar las empresas eléctricas en caso de accidente.
Un accidente nuclear puede arruinar a un país.
10 PROLIFERACIÓN DE ARMAS NUCLEARES Y OBJETIVO MILITAR
La proliferación es un riesgo específico de la energía nuclear, pues en el reactor se pueden producir materiales útiles tanto para fines civiles como militares (doble uso). Se hizo necesario establecer una red de controles internacionales elaborada, el régimen de salvaguardias, para reducir el riesgo de uso militar de materiales de centrales nucleares. Éste es el caso de los materiales fisionables como el uranio-235 o el plutonio-239. También el de otras sustancias radiactivas que plantean riesgos importantes («bombas sucias») con uranio empobrecido, por ejemplo.
A la vez, como se ha demostrado en la guerra de Ucrania, las centrales Nucleares son un objetivo militar. Sus almacenes de residuos también.